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Yerma.

12/3/2020

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¿Alguna vez les ha pasado que algo que les llenaba de júbilo, que les hacía ser en parte únicos, amados y que también tenía algo de un sufrir encantador y que se les sea arrebatado por un duro y frío puñal que es el trauma de lo amado?

Pues a mí me pasa.

Hola, soy una chica de Barcelona de 28 años y tengo un trauma con las cuerdas y el BDSM.
Podría empezar diciendo nombres, donde sucedió todo y los lugares que no puedo ir a visitar sola porque me dan ataques de ansiedad, pero así daríamos rodeos y para mi ansiedad sería una bomba atómica de malos recuerdos y no me apetece que llueva luego por los bordes de mis mejillas, la verdad.

Cuando hablo de este tema me refiero a él como "yerma", que yo estoy seca como el río que no le queda agua en verano o como una madre que quiere llenar sus entrañas de vida y no crece en ella por mucho que suplique a lo más grande.
Mi mente me advertía que algo le pasaba, pero claro lo achaque a mí en ese momento adquirida depresión, no a que poco a poco rechazaba esas cosas porque me daban un pánico tremendo volver hacerlas.

Tardé un tiempo en saber que no podía hacer cuerdas. Todo empezó cuando me apetecía y coincidía con alguien de confianza para que me diera mi dosis, todo antes de ellas siempre funcionaba bien la verdad, pero era verlas y algo en mí me hacía estar insegura, inquieta y comenzaba a respirar con dificultad.

A la hora de que esas ásperas cuerdas pasaran por mi cuerpo, un agujero surgía de mi estómago y se hacía más grande y me asfixiaba, lo entendí como nervios y nada más. Entonces atada intentaba controlar ese agujero que cada vez se hacía más grande y se me comía, con la falta de movimiento y la opresión de mi pecho se me hacía casi imposible continuar. Muchas veces aguante como una estúpida y luego en casa me echaba a llorar recordando como me hacía sentir la angustia de estar atada y no poder soltarme, de cómo todo lo malo estaba en esos filamentos que recorrían mi cuerpo y se quedaban para hacerme daño.

Lo dejé en el momento que una persona inexperta y sin capacidad para entender "para,por favor, no puedo respirar", me empezara a inmovilizar y asfixiar mientras teníamos relaciones sexuales, el no paró hasta terminar, luego se preocupó cuando me vió azul.

Entonces mi miedo se transformó en algo enorme que arrasaba como un tsunami por mi sexualidad.
Se lo comió todo, solo quedaba miedo, angustia, vergüenza y asco por no poderme solucionar a mí misma.

Un día conocí a alguien maravilloso, pensé que la química, el que me hiciera reír, el que me naciera decirle "te quiero" y le contara mi tremendo lastre al sentirme yerma, solucionara de una vez por todas ese trauma que hacía que no tuviera lo que más anhelaba.

Lo recordaré muy bien siempre, ese día llovía, de esa lluvia que te hace estar a gusto y tener ganas de hacer el amor y sentirte en un nido de ramitas de seguridad y calor.

Todo empezó yo mordiéndole, dejándole claro que quería que me hiciera daño y saqué las cuerdas que tenía. Yo me sentía de lo más preparada, le dije que me atara fuerte una sola pierna con las cuerdas, porque quería ir muy poco a poco. El primer rozar de cuerdas tocó mi piel sin dificultad, la segunda me empecé a marear, la tercera una tremenda ola de angustia y la cuarta ataque de ansiedad a llanto perdido.

Cuando pensé que podía dejar de ser yerma me ataca la ansiedad sin piedad, anida en mi estómago y me quita el oxígeno. No lograba calmarme y me tiré al suelo frío de la madera, extrañamente para sentirme peor de lo que ya estaba. Y miré por la puerta de cristal que estaba por encima de mi cabeza y mire al cielo encapotado y lluvioso, curioso que también lloviera en mis ojos.

Tarde aproximadamente un día y medio en regresar de mi ataque de ansiedad.
Me di cuenta que mi problema es un trauma tremendo y que la solución no es forzarme hacerlo de manera tan agresiva, sino contar con ayuda y personas que me den apoyo para poco a poco poder regresar a lo amado y dejar de ser yerma.

Hoy en día voy poco a poco, todo trauma o miedo tiene su tiempo de superación, estoy contenta de deciros que me pudieron hacer un takate sin que me atacara la ansiedad.
​
Hola soy una chica de Barcelona de 28 años y tengo un trauma con el shibari y el bdsm y estoy intentando superarlo...

Texto: Yerma 


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